25.10.15

"Todo y Nada"

No somos nada. Y somos todo. La melancolía de un pasado y la esperanza de un futuro. La alegría de la sorpresa y la tristeza de lo que se acaba. Así es como nuestras vidas pasan. Así es como nuestros sueños empiezan y como terminan con un solo golpe de la realidad. Y así es como la fantasía invade con recelo los huecos de cada deseo y cada falta. A veces tomarnos un tiempo se nos torna una eternidad. Y a veces una eternidad es tan rápida como el sonido de una palabra. Quizás son reflexiones de un viejo a punto de pasar a la eternidad en solo unos instantes. A lo mejor son pensamientos extraídos de una habitación y sábanas blancas en contraste con siluetas negras observándome. Ojos enterrándose en mis ojos, preguntándome ¿por qué nunca me miraste? Labios moviéndose en mis labios, preguntándome ¿por qué nunca me besaste? Manos tocando mis manos...¿por qué nunca moviste un dedo por mí? En mis últimos respiros puedo entender todo. O la movilidad de todo. Conflictos...motores de nuestras vidas, pasiones, deseos. Y la duda...esa piedra en el camino, ese freno de mano, esa estaca en el corazón. Si solamente nos tomáramos un minuto y contáramos las horas que se fueron en un "Y si hubiese...". Si solamente dibujáramos una línea cada vez que la duda nos impidió dar un paso, en algún momento tendríamos un cuaderno llenos de rayas verticales y horizontales. Y si solamente dibujáramos puntos cuando nos arrojamos en una dirección sin prejuicios ni miedos ni temores, tendríamos un cuaderno con muchas rayas interrumpidas, en muy pocas hojas, por puntos. Somos más rayas que puntos. ¿Arrepentimientos? No. No en este punto, no a esta altura, no en este lugar. Hice lo que hice y eso no tiene arreglo. Hice lo que hice...sólo eso. Acciones que brindaron tristezas y errores que derivaron tristeza. Pero por lo menos sentí algo. Sentir...de eso se trata. Sentir alegría, tristeza, amor, odio, adrenalina, aburrimiento, codicia, pena, ambición, envidia. Todo. Todo es un empujón. A veces es un empujón que te da el envió necesario para correr y llegar al final. A veces es un empujón brusco, violento, que te deja con la cara contra el suelo. En cierto modo, son las sombras de nuestra vida las que dan cuenta de cuánto brilló el sol. Esas zonas oscuras, esas siluetas definiéndonos, esas mímicas de nosotros mismo...esa forma de saber quienes fuimos realmente. Tenemos tanto para ocultarnos. Y tanto para mostrar. Nos definimos por la mirada del otro y por la vista ciega propia. Somos las afirmaciones de los demás y las negaciones de nosotros mismos. Pero no puedo negar que el final está cerca. Que llegó mi hora. Que ella está mirándome fijo, expectante, relamiéndose y esperando el momento para hacerme suyo. Lo único que deseo en este momento es una botella de whisky. Aunque el paladar ya no pueda distinguir entra caviar y arena, necesito una botella del mejor whisky. Aunque mi nariz apenas pueda distinguir entre oxígeno y vacío, necesito un vaso con aroma escocés. Aunque mi manos apenas pueda sostener una pluma, necesito sostener el peso del placer. Y un cigarro. Daría los pocos minutos que me quedan por una sola bocanada de ese humo tóxico que supo calmar mi ansiedad en momentos de extrema calma. Whisky y cigarros. Los mejores besos que dí en mi vida...el borde de un vaso y el filtro del tabaco. Gracias. Gracias. Gracias. Al whisky y al tabaco, fieles compañeros. A mis amigos incondicionales. A mi familia. A las personas que hicieron que este momento no fuese triste, ni duro, ni difícil, ni inesperado. Se lo que soy y lo que fui. A las mujeres de mi vida. A las botellas de mis noches. A las páginas de mi historia. Brindo con mi pasado. Fumo mi presente. Y así llega ella. Me sonríe. Seca la última lágrima que puedo verter. Adiós. Adiós a todos. Fue un placer haber sufrido tanto para entender que, solamente así, pude disfrutar. Fue un placer haber sido tanto y tan poco. Fue un placer. Es un placer. Tomo su mano. Beso sus labios. Tienen gusto a whisky y cigarros. Tienen gusto...a todo y nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario